sábado, enero 21, 2006

De la nocturnidad del humo

Con frecuencia a él le resulta difícil distinguir entre la noche clara y el día oscuro, toda vez que él se ilumina con cierta facilidad por las noches.
La televisión encendida le proporciona un silencio opaco, una presencia distante que no exige su atención pero que le trasmite la sensación de formar parte de algo, de estar en el mundo. Participando sin pagar por ello.
Así le resulta más fácil construirse. De hecho se vanagloria de su estructura.
Luego llega el día oscuro y todo lo que estaba claro es cuestionado. Llega el duro trabajo de la integración. Solo tragarse el humo de un habano le salva ocasionalmente, permitiéndole ennochecer ese día.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué poeta y qué director de cine se ha perdido la HUMANIDAD. Y más cosas...

1/21/2006 08:56:00 p. m.  

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