sábado, julio 29, 2006

Una vez más, la canción del Álamo.

La trompeta toca a degüello. Todo el Ahora va a ser pasado a cuchillo.
El miedo a lo desconocido ya no pude impedir el paso al otro lado de la colina: es inevitable coronar y descender.
Cuando muere una escena, se ilumina un nuevo escenario.
El miedo no es disculpa y la piedad no es opción.
¡Hágase la (nueva) luz!

3 Comments:

Blogger michelín amarillo, ave migratoria said...

Ha pasado el verano y la muchedumbre espera ansiada la voz de tus palabras. De pronto noto como si ya no supiera escribir. Acabo de leer lo del paquidermo y me he quedado asustado conmigo mismo. Creo que voy camino de convertirme en un ser normal. La consecución de los propios sueños trae bienestar. Pero, ¿qué hay de la belleza que brotaba del sufrimiento ...? Sin más le doy la bienvenida en su propio blog, maestro.

10/09/2006 12:57:00 p. m.  
Blogger michelín amarillo, ave migratoria said...

No puedo seguir esperando ..... Necesito un nuevo vertido toxicoooooo

Han desalojado la Makabra

11/27/2006 05:25:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El mago Rizzuto no conocía ningún truco. Su número era bien sencillo: golpeaba su galera con una varita azul y luego esperaba que apareciera una paloma.
Naturalmente, la total ausencia de dobles fondos, de mangas hospitalarias y de juegos de manos conducía siempre al mismo resultado desalentador. La paloma no aparecía.
Rizzuto solía presentarse en teatros humildes y en festivales de barrio, de donde casi siempre lo echaban a patadas.
La verdad es que el hombre creía en la magia, en la verdadera magia. Y en cada actuacón, en cada golpe de su varita azul estaba la fervorosa esperanza de un milagro. Él no se contentaba con las técnicas del engaño. Quería que su paloma apareciera redondamente.
Durante largo tiempo lo acompañaron la desilusión y los silbidos. Otro cualquiera hubiera abandonado la lucha. Pero Rizzuto confiaba.
Una noche se presentó en el club Fénix. Otros magos lo habían precedido. Cuando le llegó el turno, dio su clásico golpe con la varita azul. Y desde el fondo de la galera salió una paloma, una paloma blanca que voló hacia una ventana y se perdió en la noche.
Apenas si lo aplaudieron.
Las muchedumbres prefieren un arte hecho de trampas aparatosas a los milagros puros.
Rizzuto no volvió a los escenarios. Tal vez siga haciendo aparecer palomas en forma particular.

1/10/2007 04:18:00 a. m.  

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